Durante los últimos tres
años, he sido parte de un proceso interesante que me ha llevado a mirar la vida
de fe de una manera diferente. Recuerdo haber tenido una conversación con
Charles Wiley, uno de los teólogos que trabaja en mi área de ministerio. Él había
leído un libro llamado Grace
and Gratitude: The Eucharistic Theology of John Calvin (Gracia y gratitud: la teología
eucarística de Juan Calvino) y este libro había llevado a un grupo
a conversaciones sobre la identidad del pueblo presbiteriano. Preguntas como
¿por qué nos llaman presbiterianos/as? fueron contestadas de una manera
diferente a la usual. Por lo general, hablamos de nuestra identidad
gubernamental y no de nuestra identidad teológica o doctrinal. Hablamos
rápidamente de consistorios, juntas de diaconado, sínodos, presbiterios y la
Asamblea General, pero no hablamos de lo que nos impulsa a hacer comunidad
cristiana, a proclamar el evangelio y a trabajar por la justicia. En nuestro
caso, todas esas cosas surgen de nuestro entendimiento de quién es Dios y de
nuestra respuesta ante ese entendimiento. Dios es un Dios de gracia, que a
través de la creación, la ley, los profetas y por último en la persona de
Jesucristo nos llama, nos sostiene, nos apoya, nos perdona y nos salva. Ante
todo este amor, nuestro corazón se desborda en gratitud. Celebramos por
gratitud. Oramos por gratitud. Ofrendamos por gratitud. Afirmamos por gratitud.
Al mirar la vida a través del lente de la gracia y la gratitud, el mundo y mi
relación con Dios cambia. Y al mirar las historias bíblicas a través del lente
de la gracia y la gratitud, puedo descubrir cosas que no había visto y que
ahora brillan con todo lo bueno que Dios nos da.
Por eso, quiero invitarles a que miren nuestro nuevo material para la niñez que
ha sido preparado específicamente a través del lente de la gracia y la
gratitud. Crecemos
en Gracia y Gratitud comenzará en el otoño del 2015. Hay
muestras disponibles para que las utilices en la escuela bíblica dominical de
tu iglesia, en algún programa de cuidado diurno, en los programas de los
sábados o en cualquier otro contexto en donde lleves a cabo el ministerio con
la niñez. Crecemos
en gracia y gratitud está arraigado en el fundamento de la
identidad presbiteriana, en donde la gracia de Dios y nuestra gratitud son el
corazón de nuestra fe, vida y adoración; extiende una invitación al discipulado
que inspira a aprender y a practicar la hospitalidad, la generosidad y el amor;
y va más allá del domingo, exhortando a la niñez a vivir sus vidas como una
expresión de la gracia de Dios. Las lecciones de Crecemos
en Gracia y Gratitud están basadas en las historias bíblicas
que revelan la gracia de Dios. A través de divertidas actividades, de la
oración, y de la música, los niños, las niñas y sus líderes celebrarán el
significado de esa gracia en sus vidas al relacionarse con nuestro Dios
viviente. Les invitamos a conseguir una muestra y a utilizarla con sus grupos, para
que desde una temprana edad tengan la oportunidad de experimentar y entender la
gracia de Dios y responder con vidas de agradecimiento y compromiso.
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