Wednesday, October 2, 2013

La importancia de la presencia

En estas últimas semanas, Héctor y yo hemos tenido la oportunidad de compartir con tres iglesias de nuevo desarrollo. La primera iglesia que visitamos fue la Comunidad Presbiteriana Hispana en Springdale, Arkansas. La segunda iglesia fue la Iglesia del pueblo en Las Cruces y la tercera fue Camino de vida, las dos en Nuevo México. Fue interesante para nosotros/as el tener la oportunidad de dar talleres, pero lo más importante para mí fue el poder compartir con el liderazgo pastoral y con la gente de la comunidad de fe. La mayoría de las personas en estas comunidades son de la primera generación de inmigrantes, de diferentes estatus legales, y representan con su diario vivir, las luchas de la comunidad inmigrante que busca hacerse un lugar en los Estados Unidos.

Usualmente, cuando viajamos, lo hacemos para estar con varias comunidades y congregaciones a la vez. Sin embargo, estas son tres presencias hispanas en tres presbiterios en donde por lo menos dos de ellas son el único ministerio hispano en su presbiterio. Por lo tanto, en ocasiones sufren por el aislamiento que causa el tener una tarea especializada que hacer. Los líderes, en ocasiones, se sienten solos por no tener compañeros que estén haciendo la misma tarea que ellos y dejan su vida, especialmente cuando tienen que hacer acto de presencia y acompañar a sus feligreses en los problemas que enfrentan en esta tierra en donde han venido a vivir. En algunos casos, es la falta de dinero para la renta. En otros, es el mudarse para otro lugar en donde haya más trabajo. Es un ministerio arduo, de horas largas y de trabajo importante, porque se está trabajando con gente que realmente necesita sentir que la iglesia, a través de sus líderes está con ellos y ellas.

Para Héctor y para mí, es la oportunidad de escuchar, de orar, de reír, de llorar, y de dejarles saber que la «Asamblea general» como mucha gente llama a las oficinas centrales de la iglesia, está con ellos/as, les apoya, e intenta darles ánimos y esperanza para continuar con la faena. El ver las sonrisas del liderato, y el sentir que estamos contribuyendo de alguna manera, es la bendición más grande que podamos recibir y es uno de los privilegios más grandes que Dios nos ha dado al llamarnos a este ministerio. Oremos por Jesús Juan González (Comunidad presbiteriana hispana), Wayne Hawkins (Iglesia del pueblo) y por Guillermo Yela (Camino de vida) y por sus respectivos líderes para que Dios siga dándoles la fuerza y la sabiduría necesarias para que continúen su labor. Y oremos también por todos los ministerios que son el único ministerio hispano en sus presbiterios para que Dios les provea el sostén para que sigan adelante y se multipliquen.   

No comments:

Post a Comment